La vivienda es la principal institución material dentro de una sociedad. Pocas cosas representan y distinguen a los espacios sociales (y a las personas) como las viviendas y sus características. Estamos hablando del basamento material de la unidad familiar.
Existen distintos indicadores sobre las características de las viviendas. Todos (al menos los relevados por el Censo y los más utilizados) apuntan a la calidad del material y al acceso a los servicios básicos (agua, gas y el tipo de eliminación de excretas) de las mismas. Bajo estas dos grandes dimensiones, y sus posteriores clasificaciones, se caracterizan a las viviendas.
Como otra de
las tantas cosas que comienzan por casa(?), el déficit material de la vivienda
es la base de la Pobreza Estructural (PE). En toda caracterización susceptible
a ser cuantificada, existen grados de déficit material; en el territorio
podremos ver cómo se distribuyen y manifiestan estas caracterizaciones.
Lo más básico o lo más extremo en caracterización de deficiencia material, es clasificar una vivienda como no - casa. En el mapa de arriba se ven los porcentajes por radio censal, de Ranchos y Casillas. El INDEC describe al Rancho como una vivienda que "Generalmente tiene paredes de adobe, piso de tierra y techo de chapa o paja. Se considera propia de áreas rurales". La Casilla "Habitualmente está construida con materiales de baja calidad o de desecho y se considera propia de áreas urbanas.". Es decir, la clasificación como no – casa, es por la utilización de materiales no convencionales para su construcción.
Al ser el extremo de privación material de la vivienda, se observa que los radios con mayor presencia de Ranchos y Casillas coinciden con los radios con mayores niveles de NBI. Esta correlación la iremos observando con los demás indicadores.